Esta herramienta aplica un efecto especial al escritorio de nuestro ordenador, permitiéndonos ordenar las ventanas con las que trabajamos: Ghoster oculta todo lo que no está activo como si de sombras se tratara, dejando que la ventana que actualmente estamos utilizando mantenga su brillo natural. Ghoster deja visibles los procesos que pasan a estar en un segundo plano y, de esta manera, resulta menos engorroso trabajar con varias ventanas a la vez. En nuestra opinión, se trata de una original solución al caos de las venetanas en el escritorio.