Casi todas y todos hemos leído sus Cien años de soledad o El amor en los tiempos del cólera; obras que nos llevan de viaje hacia la imaginería, lo místico, lo inesperado e, incluso, el humor. Su estilo es conocido, comunmente, como Realismo Mágico: su ficción combina sabiamente lo cotidiano con lo fantástico (por ejemplo, una mujer que sube al cielo mientras está colgando la ropa del tendal)
Rebeca Alber, la autora del artículo original que estamos traduciendo en este portal, escuela20.com, leyó uno de los cuentos de Gabriel García Márquez durante su segundo año de docencia en un instituo público muy urbano: decidió crear una materia optativa de escritura creativa, un verdadero reto al que muchos y muchas estudiantes decidieron no arriesgarse. La decepción del escaso alumnado que sí se apuntó no tardó en hacerse notar: querían más arte, más música, menos teoría. No. No querían una "segunda" clase de Lengua.
Pronto aprendió que encontrar textos atractivos y culturalmente relevantes era crucial en todo esto: había que ir mucho más allá del Hobbit. Se arriesgó con "Un señor muy viejo con unas alas enormes", dentro de La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1968). Un señor de avanzada edad, viejo, y harapiento aparece en el patio de Pelayo y Elisenda, quienes lo llevan a un gallinero y empieza a ser considerado como un "freak", una atracción circense, que, además, podrá resolver los problemas de las vidas de sus espectadores con sus milagros. Sin embargo - SPOILER - aparecerá una mujer araña que hará que el ángel harapiento deje de ser el centro de atención; durante el invierno sus plumas volverán a crecer y podrá irse, de nuevo, volando.
¿Cuáles son los puntos que más admiraban los alumnos y alumnas?
1. La mezcla de lo fantástico con lo cotidiano, lo real: el realismo mágico, claro.
2. El giro de los acontecimientos
3. El diálogo es la forma de "mostrar", que no de de "decir", de llegar, a los lectores y lectoras
4. El humor
5. Lo inesperado, lo que sucede. Lo explosivo de los acontecimientos.
Tareas:
Rebeca Alber propuso, así, a su alumnado crear un cuento utilizando elemetos de realismo mágino y otros recursos literarios que se encontraban en el texto mentor: esta tarea era individualmente realizada, pero de forma colaborativa. Mientras escribían, los y las estudiantes revisaban los otros relatos, hablaban de sus ideas, compartían sus proyectos, añadían imágenes, lenguaje, diálogos, vivacidad, descripciones.